Anatomia Y Fisiologia Del Sistema Digestiv

Anatomía y fisiología del sistema digestivo

10 de October del 2016

Introducción

    El organismo humano tiene que alimentarse para poder llevar a cabo las funciones que le caracterizan.

    El sistema digestivo tiene como misión fundamental la manipulación de los alimentos, su degradación y descomposición en partículas cada vez más pequeñas hasta llevarlas al estado de moléculas básicas antes de pasar a la sangre.

A este proceso de descomposición de los alimentos en moléculas elementales se le conoce como digestión.

    El paso de las partículas desde el tubo digestivo a los capilares sanguíneos que llegan hasta el espesor de la pared del mismo se denomina absorción intestinal.

    Por tanto, el aparato digestivo cumple dos funciones principales:

La digestión de los alimentos ingeridos.

La absorción intestinal de los productos ya digeridos.

Ingestión, masticación y deglución

    La digestión se dice que empieza en la boca misma, ya que algunas enzimas salivales atacan a los principios inmediatos produciendo una hidrólisis parcial. El grado de digestión alcanzado es mínimo.

    La introducción de alimento en la boca pone en marcha el mecanismo de la masticación. La masticación se define como el conjunto de movimientos de la boca realizados para convertir los alimentos ingeridos en una masa o bolo apto para ser tragado, lo que se consigue gracias a los dientes: los incisivos cortan, los caninos desgarran, y los premolares y molares trituran y muelen los alimentos ingeridos.

    Los movimientos de la lengua favorecen que el alimento que está siendo masticado se mezcle con la saliva (insalivación) hasta formar un bolo apto para ser ingerido. Se producen diariamente 1.500 cm3 de saliva.

    La saliva tiene un pH entre 6,3-6,8 y está compuesta por: agua, moco, sodio, potasio, fosfato, bicarbonato, cloro, calcio, enzimas (amilasa o ptialina) y lisozima, entre otras sustancias.

Los movimientos de la boca facilitan la mezcla de estas sustancias con los alimentos. Esta saliva actúa:

Como lubricante de los alimentos gracias a la presencia de moco.

Iniciando la digestión (hidrólisis de los hidratos de carbono).

Como un importante bactericida gracias a la presencia de lisozima.

Como líquido disolvente que facilita la humidificación de los alimentos y la formación del bolo.

    Una vez formado el bolo alimentario se produce el paso del mismo a la faringe, y después al esófago, para luego llegar al estómago. A este fenómeno se le llama deglución.

    La deglución se realiza en dos etapas: La primera es de carácter voluntario y se produce porque la lengua impulsa el bolo alimentario hacia atrás. En este acto, la epiglotis cierra la nasofaringe. La segunda etapa es involuntaria y el bolo discurre hacia abajo por las contracciones peristálticas de la musculatura de la pared del esófago, ayudado por la acción de la gravedad.

    Al llegar el bolo al final del esófago se encuentra con el esfínter esofágico inferior (cardias), que se abre y permite el paso del mismo al estómago. Este esfínter impide que los alimentos que han pasado ya al estómago sean regurgitados hacia el esófago, gracias a su configuración funcional.

Digestión gastro-intestinal

    Proceso que se lleva a cabo en el estómago y a lo largo de todo el intestino delgado.

    El estómago realiza distintas funciones:

Almacenamiento del contenido gástrico hasta que se haga apto para ser evacuado al intestino delgado.

Mezcla del contenido gástrico.

Digestión del mismo.

Evacuación hacia el intestino delgado.

    Para llevar a cabo la digestión el estómago aumenta la secreción gástrica. La secreción gástrica media oscila entre 2,5 y 3 litros/día. Su pH es ácido, y está compuesta por: agua, sales, CIH, enzimas (pepsina), moco, factor intrínseco, y hormonas como la gastrina y somatostatina.

    El CIH es producido por las células parietales y actúa sobre las fibras musculares de la carne y el colágeno ablandándolos, así como mantiene el pH ácido en el estómago, ya que es necesario para que el pepsinógeno se transforme en enzima activa (pepsina).

    Además, estimula la secreción de secretina, que es una hormona que a su vez estimula la secreción pancreática y biliar. La secreción de CIH es estimulada por la histamina, la gastrina y la acetilcolina.

    La pepsina es producida por las células principales del estómago y se forma a partir del pesinógeno, cuando el pH es inferior a 5,6. Esta enzima hace la digestión de las proteínas y el colágeno.

    El Factor Intrínseco de Castle es producido por las células parietales del estómago, Es un protector de la vitamina B12.

    La gastrina es una hormona producida por las células G del estómago. Se estimula la producción de gastrina cuando la pared del estómago se distiende, al llenarse, por la presencia en el estómago de alimentos estimulantes como la carne y los aa. Esta hormona es liberada no a la cavidad del estómago, sino que pasa a la sangre y, a través de ella, actúa sobre el estómago estimulando la secreción de CIH y pepsina. También estimula la secreción pancreática y biliar.

    La acción de enzimas, CIH, etc., en el estómago, realiza una digestión parcial del contenido gástrico, digestión que se debe principalmente a la acción de la pepsina sobre las proteínas (hidrólisis parcial) y de la ptialina salival, que sigue actuando sobre los azúcares (almidón).

Los movimientos peristálticos de mezcla y la digestión dan lugar a la formación de una especie de papilla semisólida que se evacua al duodeno, denominada quimo gástrico. Este vaciamiento no se realiza globalmente sino de forma gradual. Facilita la apertura del esfínter pilórico la presencia de gastrina en sangre. Cierra el esfínter, impidiendo la salida de quimo, la llegada de un quimo excesivamente ácido al duodeno.

    La absorción o paso a la sangre del contenido gástrico es mínima, dado que la mucosa gástrica no es permeable a la mayoría de sus componentes. Sin embargo, es altamente permeable al alcohol, que se absorbe en su mayoría a través de la mucosa gástrica.

Al intestino delgado son vertidas gran cantidad de secreciones que permiten completar el proceso de la digestión. En el duodeno se neutraliza la acidez del quimo gracias al bicarbonato procedente de la secreción pancreática, y se continúa la digestión del mismo.

    La secreción pancreática es rica en enzimas:

Lipolíticos: lipasa, fosfolipasa, carboxiesterhidrolasa, etc. Realizan la digestión de las grasas.

Proteolíticos: tripsina, quimotripsina, elastasa, proteasa, etc. Digieren las proteínas.

Glucolíticos: amilasa. Realiza la digestión de los glúcidos.

Nucleotídicos: ADNasa, ARNasa. Digieren los ácidos nucleicos.

    Algunas hormonas actúan estimulando la secreción pancreática. La secretina se sintetiza en forma de prohormona, y se transforma en hormona activa gracias a la presencia de CIH en el duodeno. La secretina estimula una secreción pancreática rica en agua y electrólitos y pobre en enzimas. También estimula la secreción de bilis (sales biliares).

    La colecistocinina (CCK) es una hormona que se secreta cuando llega al duodeno un quimo rico en proteínas y grasas. Ésta estimula una secreción pancreática rica en enzimas.

    La bilis es una secreción elaborada en el hígado y almacenada en las vesículas biliares en los periodos interdigestivos. Se producen diariamente del orden de 1.000 cc. De bilis, la cual se concentra en la vesícula perdiendo la casi totalidad del agua que contiene, gracias a la reabsorción de la misma, que se produce a través de la vesícula biliar.

    La bilis es rica en: sales biliares, iones, colesterol, bilirrubina y fosfolípidos, entre otros.

    La vesícula biliar libera la bilis por la acción de la secretina y colecistocinina.

    Entre las funciones de la bilis citaremos:

Las sales biliares actúan como emulsionante de las grasas en el intestino, facilitando que las enzimas lipolíticas realicen la digestión de las grasas. También forman micelas. La sal biliar tiene un grupo hidrófilo, soluble en agua, y un grupo hidrófobo, soluble en grasa, que le permite unirse a la grasa por el grupo esterol hidrófobo, orientando el grupo carboxilo hidrófilo hacia el exterior, formando micelas que facilitan la digestión de la grasa a las enzimas.

La bilirrubina, que es insoluble en agua, procedente de la sangre llega al hígado, donde se conjuga con el ácido glucurónico haciéndose soluble en agua y eliminándose por la bilis. En el intestino es atacada por las bacterias que la convierten en estercobilina. La estercobilina da a las heces el color característico y se elimina en ellas.

La digestión de los azúcares se realiza por hidrólisis, y convierte las moléculas de gran tamaño (polisacáridos) en monosacáridos (glucosa, galactosa y fructosa), que es como se absorben la mayoría.

Absorción intestinal

    La absorción intestinal consiste en el paso de los nutrientes ya digeridos, en su estado elemental, a la sangre, atravesando la barrera intestinal.

    Para ello, durante la digestión, las enzimas atacan a las moléculas de mayor peso molecular desdoblándolas en otras de menor peso, hasta Ilevarlas al estado más elemental. Así, los azúcares son reducidos a monosacáridos, las proteínas a aa, y las grasas a ácidos grasos y glicerol, que son las formas en que se absorben los principio inmediatos orgánicos.

    Se absorbe el 85% de las sustancias digeridas.

    La absorción intestinal puede llevarse a cabo por diferentes mecanismos, según sean las sustancias de que se trate: difusión simple, difusión facilitada o transporte activo.

    La absorción intestinal de glucosa y galactosa se realiza por transporte activo. La fructosa se absorbe por difusión facilitada. Esta absorción ocurre fundamentalmente en el duodeno y yeyuno.

    La absorción de las proteínas también ocurre en el duodeno y yeyuno, principalmente. En la superficie de la mucosa, a nivel epitelial (enterocitos), existen enzimas como la enterocinasa, aminopeptidasa y glutamil-transferasa que acaban la digestión de aquellos péptidos que todavía no han sido convertidos en aa. Los aa básicos y ácidos se absorben por transporte activo.

    Las grasas se absorben sobre todo en la parte terminal del intestino delgado. Los monoglicéridos, los ácidos grasos y la glicerina pasan al enterocito, donde son resintetizados nuevamente a triglicéridos, y de aquí pasan a la circulación linfática.

    La absorción intestinal del agua se hace pasivamente. Se absorbe fundamentalmente en el duodeno y en el yeyuno. El sodio se absorbe también en el duodeno (30%) y en el yeyuno (60%). El potasio se absorbe sobre todo en el yeyuno.

    Las vitaminas liposolubles (K, E, D, A) se absorben unidas a la grasa en el íleon.

Eliminación fecal

    La mucosa del colon produce y secreta gran cantidad de moco para lubricar y proteger la mucosa de la masa fecal. El moco, además, da adherencia a las heces para que se forme masa.

    Las heces se forman a partir de los residuos no digeribles y no absorbidos en los tramos anteriores del intestino, con la finalidad de poder ser eliminadas al exterior.

    En el colon las heces pierden parte del agua y electrólitos que, aunque en pequeña proporción, todavía existen. El agua es absorbida por difusión. El sodio también es absorbido por difusión.

    La vitamina K y otras vitaminas del grupo B se producen en el intestino grueso por la acción de la flora bacteriana normal del colon.

    Se forman diariamente 150 gramos de residuo o masa fecal que es necesario eliminar. Las heces están compuestas por agua (70%), grasa (5%), fibras (celulosa), proteínas, sales biliares, restos de mucosa, estercobilina, etcétera.

    La defecación es el acto de eliminación de las heces al exterior. La frecuencia normal es distinta en los lactantes, niños o adultos. Mientras en un lactante la frecuencia es de 6 defecaciones/día, en un adulto puede considerarse normal entre 1-2 veces al día.

    La defecación se desencadena por el movimiento peristáltico del colon, que hace pasar la masa fecal al sigma y desencadena el deseo de defecar. El esfínter interno del ano se relaja involuntariamente desencadenando el deseo al ser ocupada la zona por heces.

    El esfínter externo permite controlar voluntariamente el acto de la defecación, debido a que está formado por fibras estriadas. Se dice que la defecación es educable y se acomoda a determinados momentos del día, según las costumbres de cada persona.