Politraumatizado


Politraumatizado

Protocolo general
    El profesional de Enfermería, en cada situación específica, debe tener en cuenta lo más adecuado:
En las lesiones dista les de las extremidades debe recordar que está contraindicado el uso de soluciones que contengan adrenalina, pues el gran vasoespasmo que producen origina la pérdida de algún dedo.
En heridas sangrantes en la cabeza, debido a la gran vascularización de la zona, y sin desatender las terapias vitales, debe realizar hemostasia directa manual o con pinza para evitar la pérdida continua de sangre, que sólo contribuye a agravar el estado de shock.
En presencia de heridas abiertas sangrantes se realizará hemostasia manual con apósito de gasa para cohibir la hemorragia, evitar infecciones y el desplazamiento de los tejidos. Si el apósito está empapado poner otro encima sin retirar nunca el primero.
Se realizará vendaje acolchado, no siendo recomendable los vendajes adhesivos, los elásticos y los que son a base de algodón o celulosa, ya que se comportan como cuerpos extraños y pueden resultar contaminantes.
Ha de mantenerse especial vigilancia en las lesiones encefálicas. A menudo los signos de la lesión que produjo la hemorragia pueden estar ocultos por la pérdida de conciencia que ocasionó la lesión craneal. ¡Cuidado con el paciente con lesión craneal que se mantiene en estado de shock, tiene una hemorragia en alguna parte.
La presencia de alteraciones neurológicas unilaterales, como hemiparexia o una pupila dilatada, pueden indicar lesión intracraneal.
Las alteraciones neurológicas bilaterales pueden indicar intoxicación o un grave trastorno metabólico.
Si un politraumatizado se queja repetidamente de dolor en el hombro y en el cuadrante superior izquierdo, y no se ve lesión de traumatismo o caída, vigilarlo, puede ser un dolor referido a una rotura de bazo o una irritación diafragmática por sangre, bilis o materia fecal.
Si el politraumatizado está sangrando por un vaso abdominal importante, no se deben administrar líquidos IV en los miembros inferiores; además de por complicaciones vasculares, el líquido puede pasar a través del vaso dañado a la cavidad abdominal.
Si el cuello está lesionado, los líquidos IV se administrarán en el brazo del lado opuesto a la lesión, para evitar que el líquido perfundido salga del vaso dañado y entre en el espacio intracraneal o torácico.
Se debe evitar la elevación de miembros fracturados, ya que pueden dañarse el hueso, los vasos o el tejido circundante.
Si el politraumatizado es hemofílico no dar nunca fármacos que contengan salicilatos, y utilizar para pruebas de coagulación una lanceta de dedo en la extracción de sangre.
La existencia de un soplo, sonido o murmullo anormal en la parte media o baja de la espalda, puede sugerir lesión arterial importante, posiblemente del plexo vascular renal.
Si existe coloración azulada en un costado y color purpúreo alrededor del ombligo, puede deberse, en algunos casos, a un acúmulo de sangre en abdomen, por rotura de páncreas o embarazo ectópico.
La presencia de hematoma intenso en la región lumbar puede ser el indicador de la existencia de una hemorragia interna, probablemente por fractura de pelvis o de vértebras.
Si al percutir la zona del cuadrante abdominal-superior izquierdo existe una zona fina de matidez, puede ser indicador de la presencia de un hematoma esplénico subcapsular o extracapsular.
Si la enfermera observa una disminución de los ruidos peristálticos, alrededor de uno por minuto, puede sugerir la existencia de un íleo paralítico.