Tecnicas De Aseo En El Adulto

Técnicas de aseo en el Adulto

10 de October del 2016

Fundamentos del procedimiento.

    La misión fundamental de la higiene es mantener la piel en adecuado estado de limpieza, para que así ésta pueda desarrollar de forma óptima sus funciones de protección, secreción y absorción. Otro propósito del baño lo constituye el bienestar físico y psicológico que siente el enfermo después de este cuidado.

Podemos considerar a la piel como el mayor órgano del cuerpo, ya que cubre totalmente su superficie. En su composición se destacan tres capas:

1. La epidermis (capa externa).

2. La dermis o corion.

3. El tejido subcutáneo o hipodermis.

 

La piel tiene cinco funciones principales:

a) Regula la temperatura corporal.

b) Protege a los tejidos subyacentes de que se deshidraten y de las lesiones, evitando el paso de microorganismos perjudiciales. La piel y las membranas mucosas se consideran la primera línea de defensa del organismo.

c) Segrega sebo, que tiene cualidades antibacterianas y antifúngicas.

d) Transmisora de sensaciones, gracias a la presencia en ella de receptores nerviosos que son sensibles al dolor, a la temperatura, al contacto y a la presión.

e) Colabora en la producción de las vitaminas C, A y D.

Higiene en el adulto

Atención a las necesidades de higiene del adulto

    Entre los hábitos y estilos de vida saludables figura la higiene adecuada de las personas.

    Esta higiene tiene como base para su desarrollo una evaluación sanitaria adecuada y la existencia de los medios necesarios para su desarrollo.

    En las personas enfermas (hospitalizadas o no) la higiene adquiere una importancia grande en cuanto pasa a depender, en gran medida, del grado de invalidez o de las capacidades para realizarla.

    Así, la higiene de los pacientes enfermos, sobre todo hospitalizados, recae en el profesional de Enfermería, lo que exige una serie de atenciones a las necesidades de los pacientes en cuanto a la higiene corporal (piel), cabellos, ojos, oídos, genitales, etc.

Concepto de higiene general y parcial

    La higiene es una suma de procesos que permite una mejor defensa de la piel contra las enfermedades. Sin higiene personal corporal, la enfermedad es más grave ya que el organismo se hace menos resistente. El profesional de Enfermería es el responsable de la limpieza del enfermo; su papel consiste en dejarlo en las mejores condiciones de defensa posible, asegurándole una higiene perfecta.

En la persona enferma la higiene debe hacerse más minuciosamente que en un individuo sano, ya que los cuidados de limpieza se efectúan con objeto de que la piel cumpla eficazmente sus funciones:

La respiración. La piel respira por los poros.

La secreción. Mediante las glándulas sudoríparas la piel elimina en 24 horas, más o menos, un litro de líquido. En ciertos casos extremos puede aumentarse esta cifra considerablemente. Esto explica la sed de los enfermos con fiebre alta, que se están deshidratando.

La absorción. La piel absorbe muy fácilmente las grasas asimilables (pomadas, etc.) y las soluciones alcohólicas, pero resulta impermeable para el agua, al contrario que las mucosas, que absorben las soluciones acuosas.

    Para que la piel cumpla sus funciones con normalidad es necesario desembarazarla de la suciedad, que es la mezcla de las secreciones y el polvo, y que no la deja respirar o absorber los medicamentos por vía tópica.

    El aseo ejerce además un papel importante en la protección contra la invasión microbiana. En algunas enfermedades, los tejidos de la piel están mal nutridos (diabetes, obesidad, etc.) y predispuestos a infecciones.

    La piel puede también eliminar productos tóxicos e irritantes, que producen picor y lesiones cuando la persona se rasca.

    Por último, la falta de higiene corporal puede facilitar la aparición de parásitos.

Higiene de la piel

    La piel sucia de orina o excrementos corre el riesgo de macerarse e infectarse. Por eso se explica igualmente la importancia de los cuidados de limpieza y la necesidad de aseo en los genitales varias veces al día.

Con un correcto aseo del paciente se pretende:

Conservar el buen estado de la piel, eliminando la suciedad y el sudor. Sólo con una buena limpieza e higiene se consigue que la piel realice sus funciones con normalidad y no se produzcan infecciones bacterianas, etc.

Estimular la circulación sanguínea.

Reducir la temperatura corporal en caso de fiebre, si se realiza el baño o ducha con agua fría.

Refrescar al paciente, para que sienta sensación de confort y bienestar.

Trátese del aseo completo o del aseo de una zona del cuerpo, debemos referirnos a los mismos principios que tratan del enfermo, la técnica y el material:

El enfermo

Tener en cuenta el pudor de la persona, pues a nadie le gusta mostrar su desnudez en esas circunstancias y ante personas extrañas.

Moverlo con suavidad.

Actuar rápidamente para disminuir el riesgo de cansancio.

Evitar el resfriado. Para esto, descubrir sólo la región a limpiar y cubrir el resto del cuerpo.

Secar después de los cuidados y recalentarlo si se ha enfriado.

Reinstalar cómodamente a la persona.

La Técnica

Se actuará con método durante el aseo. Se limpiará cada zona del cuerpo una a una. La secuencia de los gestos seguirá este orden:

1. Preparación del material, que se instalará al alcance de la mano.

2. Posición sistemática del enfermo, la más cómoda posible, reduciendo al máximo los movimientos.

3. Protección del enfermo y de la cama.

4. Evacuación de las aguas, ropas sucias, etc.

5. Volver a poner todo en orden.

6. Los cuidados se administrarán desde la derecha, a excepción del lavado, que se hará desde arriba hacia bajo.

El material

Los elementos de protección: hule, sábana pequeña, manta de baño.

Los elementos de lavado: toallas, guantes, esponjas, palangana, agua, jabón, crema hidratante, jarra, etc.

Los elementos de recambio: ropa del enfermo, ropa de cama.

Los elementos de evacuación: orinal plano o cuña, bolsa para la ropa sucia o cubo, etc.

El aseo completo y el baño

Lavado de pies, diario. Lavado de cabellos, una vez a la semana. Baño de limpieza, en principio diario, bien en la bañera si se puede y si no es Transporte de material de lencería así, en la cama.

Cualquiera que sea el aseo que se practique y sobre todo si es completo deberá vigilarse, como ya se ha dicho, la temperatura de la habitación y las corrientes de aire.

El aseo diario es aquel que se realiza todos los días, pero de una manera más simplificada, es decir, todos los días no se lavan los cabellos, etc.

Técnicas de baño asistido

A) Baño en bañera o ducha

En estos casos el paciente no necesita ayuda o ésta será mínima.

Sólo habrá que proporcionarle el material:

Toalla: Dos.

Pijama o camisón.

Bata.

Zapatillas.

Jabón o gel, etc.

B) Baño completo en la cama

    Se debe realizar tantas veces como sea necesario pero, como mínimo, una vez al día, por la mañana, coincidiendo al mismo tiempo con el cambio de sábanas de la cama.

1. Normas generales para el aseo

Evitar que en la habitación haya corrientes de aire. La temperatura ambiental adecuada es de 24° C aproximadamente.

Temperatura del agua para el baño entre 37-40° C.

Preparar el material necesario y tenerlo a mano.

Lavar cada zona del cuerpo una vez.

Colocar al paciente en la posición más cómoda posible.

Procurar preservar la intimidad del paciente, manteniéndolo desnudo el menor tiempo posible.

Fomentar el autocuidado siempre que el usuarios pueda colaborar, si ello no es posible suplir su falta de autonomia

2. Material necesario para el aseo del paciente

Material de protección: Hule, entremetida, manta de baño y biombo si fuese preciso.

Material para el lavado: Toallas (2), esponja, palangana con agua caliente (45°C).

Jabón desinfectante.

Jarra con agua.

Alcohol.

Gasas y pinzas de Kocher y de Duval.

Cuña.

Tijeras de punta roma para uñas.

Pasta de dientes, cepillo y seda dental para la boca.

Champú, peine, cepillo y secador para el pelo.

3. Procedimiento

Para hacer el baño en cama, completo, se procede de la siguiente manera:

El enfermero debe lavarse las manos previamente.

Retirar la colcha y la manta de la cama. Tapar al enfermo con una manta de baño.

    El aseo se realiza por partes, haciendo enjabonado, enjuague y secado antes de pasar a la zona siguiente:

En todos los pasos a seguir se colocará la toalla de forma que proteja la almohada o la cama.

El orden de lavado es el siguiente:

Cara, cuello y orejas

    Se moja una torunda en el agua, cogiéndola con las pinzas para limpiar los párpados (una para cada ojo) desde el ángulo interno al externo; seguidamente el pabellón auricular y posteriormente el contorno de la boca y aletas de la nariz. Finalmente cara y cuello, secándolos con otra toalla.

Brazos y manos

    Se coloca una toalla debajo y se lava de arriba hacia abajo. Meter las manos del paciente en un recipiente con agua caliente, para facilitar la limpieza y el cortado de las uñas. Se lavan las axilas.

Tórax

    En las mujeres lavar y secar bien el pliegue submamario. Para limpiar la zona pectoral hay que tenerla descubierta el menor tiempo posible o bien hacerlo por debajo de la toalla que la cubre.

Abdomen

    Proceder igual que en todas las partes descritas.

Espalda y nalgas

    Colocar al paciente en decúbito lateral con una toalla extenQida a lo largo de la espalda. El lavado se hace también de arriba hacia abajo.

Extremidades inferiores

    Se le coloca el pie en un recipiente con agua como ocurría con la mano. Primero se lava un miembro siempre de arriba hacia abajo y después se hace lo mismo con el otro.

Hay que secar muy bien los pliegues interdigitales.

Genitales externos

    Se le coloca una cuña debajo del periné con las piernas separadas y flexionadas.

    La higiene de los genitales se hace siempre en la dirección de genitales a región anal y nunca a la inversa. Se trata de evitar el arrastre de gérmenes del ano hacia los genitales, sobre todo en las mujeres. Si es hombre, después de limpiar los pliegues inguinales y el escroto, se retraerá el prepucio para limpiar el glande y el canal balanoprepucial, terminando con el ano.

    Se hace con agua y un antiséptico no irritante, en lugar de jabón.

    Después del baño se le cambia el pijama o camisón y a continuación se cambia aparición de heridas en la piel es muy la cama.

Higiene del paciente encarnado

A) Higiene del cabello en el paciente encarnado

Colocarlo en la posición de Roser. Se acerca el paciente al lateral de la cama o a la cabecera si ésta se puede bajar, de forma que la cabeza quede colgando fuera de la cama.

Retirar la ropa de la cama que cubre al enfermo/a hasta la cintura y taparle con un manta de baño.

Se le coloca una toalla por los hombros, alrededor del cuello. Ponerle algodones en los oídos.

Colocar el hule en forma de canalón o herradura desde la cabeza al suelo donde se sitúa una palangana grande o un cubo, que recogerá el agua que caiga.

Se le moja el cabello y a continuación se le aplica champú, se lava y se vuelve a aplicar champú por segunda vez. Lavar y aclarar con abundante agua.

Retirar el hule y la palangana.

Secarle el pelo con una toalla, peinar y secar después con secador.

Verificar que la lencería de la cama y pijama o camisón no están mojados.

Volver a colocar al paciente en la posición adecuada.

B) Higiene de la boca

1. En el enfermo/a consciente

Material necesario

Toalla.

Cepillo y seda dental.

Pasta dentífrica.

Vaso.

Batea.

Solución antiséptica.

Riñonera.

Gasas.

Procedimiento

Si es posible hay que sentar al paciente en la cama. Si no puede incorporarse colocarlo en decúbito lateral a un lado de la cama.

Colocarle una toalla alrededor del cuello.

Si el paciente se vale por sí mismo, se cepillará él mismo los dientes y se los enjuagará con agua o una solución antiséptica. Si no se vale por sí mismo, debe hacerlo el/la enfermera. Usar cepillo, pasta dentífrica, seda dental si es necesario, batea y vaso.

Si el paciente lleva prótesis dental no fija, el/la enfermera debe ayudarle a quitar la con los guantes puestos.

La prótesis se coge con una gasa y se coloca en un vaso con agua y a continuación se hace la higiene de la boca de la forma indicada. Las gasas usadas se van depositando en la riñonera.

Después se limpia la prótesis con un cepillo especial, se mete en una solución desinfectante en un vaso.

2. En el enfermo/a inconsciente

Material necesario

Toalla.

Depresor lingual.

Riñonera.

Gasas.

Pinzas de Kocher.

Solución antiséptica.

Lubricante (vaselina).

Procedimiento

Colocar al paciente en decúbito lateral o con la cabeza girada a un lado, quitando previamente la almohada.

Se coloca debajo de su cara una toalla y la riñonera.

Con las pinzas se sujetan las gasas y a continuación se mojan en un antiséptico.

Se procede con ellas a la limpieza de dientes, lengua y paladar. Para hacerlo hay que auxiliarse del depresor lingual.

La gasa se cambia después de limpiar cada zona diferente. Ej.: Después de limpiar los dientes, después de limpiar la lengua, etc.

Secarle bien los labios con una gasa y, a continuación, ponerle lubricante para que no se resequen.

C) Aseo perineal

    El aseo perineal merece un capítulo aparte por ser de gran importancia, dado que en una persona enferma ensuciada en esta zona corre el riesgo de ensuciarse el resto del cuerpo, los tejidos de las nalgas están amenazados por la maceración y la humedad, y el mal olor de la ropa ensuciada molesta a la propia persona y a los demás.

    Para realizar este aseo se descubrirá a la persona retirándole la ropa de la cama, cubriéndole previamente las extremidades inferiores y el tórax del paciente con una manta de baño.

    Se protegerá la ropa inferior de la cama, colocando un hule pequeño y una entremetida en la zona donde se va a proceder a la limpieza.

    Se retirará el material excretado con unas gasas o torundas y se procederá al lavado como ya hemos visto anteriormente.

    Hay un caso particular y es cuando el paciente tiene úlceras en la región sacra o glútea. En ese caso no se usará el orinal plano ni se aclarará con un chorro de agua, sino que se aseará con una esponja empapada en agua jabonosa y se aclarará con la esponja limpia o con un paño húmedo, procurando no mojar los apósitos y vendajes que protegen la úlcera.

D) Aseo de los pies

    El baño de pies también merece especial atención ya que es una parte del cuerpo que tiene gran cantidad de glándulas sudoríparas y por otra parte corren gran riesgo de ulcerarse si no se asean con frecuencia y no se observan diariamente los cambios que se puedan producir.

    Se protegerá la ropa inferior de cama con un hule y una sábana.

    Se pedirá al paciente que doble la pierna introduciéndole el pie hasta el tobillo en una palangana con agua tibia (comprobando antes la temperatura) ligeramente jabonosa para dejarlo unos instantes, posteriormente se aclarará y se secará insistiendo en los espacios interdigitales, repitiéndose la acción con el otro pie, cambiando el agua de la palangana.

    Si tiene úlceras, este baño no se podrá realizar, pero si no las tiene, a continuación del secado se procederá a aplicarle crema o aceite de almendras. Si está encamado se le protegerán los talones con algodón y vendas.

     La limpieza de las uñas se realizará para prevenir infecciones y mejorar la apariencia del paciente/cliente y proporcionar sensación de bienestar

     Se necesitara una palangana con agua 43º C, toalla, hule, lima o tijeras, guantes, productos para eliminar el esmalte de las uñas, crema de manos y vaselina. Se elimina el esmalte de uñas si la persona lo desea o es necesario para la realización de algún otro procedimiento, para limpiar las uñas de las personas encamadas, colocaremos un hule para no mojar las sabanas. Seque con una toalla y corte la uña de manera recta. En el caso de que el usuario padezca diabetes o transtornos circulatorios, es más conveniente limar las uñas en lugar de cortarlas.

E) Lavado de oídos

Material

Cápsula estéril con la solución de lavado, generalmente agua (a 35 °C), o una solución de agua y peróxido de hidrógeno.

Jeringa estéril para lavados de oídos o Jeringa de Janet.

Riñonera.

Hule.

Toalla.

Agua y jabón.

 

 

 

 

Procedimiento

1.       Explicar el procedimiento al paciente, sentarle cómodamente y pedirle que incline lateralmente la cabeza hacia el lado afecto.

2.       Ponerle encima de los hombros el hule y la toalla. Si el paciente puede, pedirle que sujete la riñonera debajo del oído a limpiar.

3.       Con la mano izquierda se tira del pabellón auricular hacia arriba y hacia atrás, con el fin de enderezar el conducto auditivo externo.

4.       Tomar la jeringa, cargada con 50 cc de solución, y dirigir su cono hacia la pared superior del conducto auricular (no hacia el tímpano), e inyectar la solución con una ligera presión.

5.       Observar el líquido que va saliendo del oído, por si fuera necesario volver a irrigar el conducto.

6.       Si el paciente refiere tener la sensación de que le pasa el líquido por la garganta, tiene dolor o se marea, se debe suspender el procedimiento.

7.       Limpiar el pabellón auricular con agua y jabón para eliminar los restos de cerumen y líquido de lavado. Secar suavemente la piel.

8.       Pedirle al paciente que se recueste sobre el lado afecto para eliminar por completo el líquido residual de lavado.

9.       Anotar en la hoja correspondiente el procedimiento realizado, así como las incidencias ocurridas y el resultado.

Pautas de Higiene y aseo en los distintos tipos de pacientes en un centro hospitalario

    A continuación se detallan las pautas según el tipo de enfermo y unidad en la que se encuentra hospitalizado

A) Higiene del paciente hospitalizado en Unidad de Cuidados Intensivos (UCI)

    Para llevar a cabo su higiene se precisa prácticamente el mismo material y utensilios que para otro tipo de pacientes, con excepción de que, además, hace falta una mascarilla y un sistema de aspiración.

    La higiene debe realizarla más de una persona dada la complejidad del aparataje que el paciente suele tener conectado.

    Se recomienda que, en ningún caso, este número sea superior a 4.

    Según el protocolo de Enfermería suele haber un horario destinado a la higiene del paciente y limpieza del aparataje. En general suele hacerse por las tardes.

    Primero se realiza la higiene del paciente propiamente dicha y, a continuación, la limpieza del aparataje, cables, tubos, etc., relacionados con el paciente.

    La higiene del paciente se realiza siguiendo un orden determinado. El aseo de la parte anterior del cuerpo se hace de la siguiente forma:

Aspiración de las secreciones (siempre antes de moverlo).

Colocar la cama en posición horizontal, si es posible.

Lavar la cara con esponja yagua fresca, sin jabón.

Lavar cuello y orejas.

Lavar manos, brazos y axilas cuidando de no desprender sujeciones de vendajes ni apósitos.

Lavar tórax, abdomen, genitales, piernas y pies.

Después se continúa con la higiene de la parte posterior del cuerpo, siguiendo las siguientes pautas:

Colocar el enfermo en decúbito lateral.

Hay que situarse para lavarlo del mismo lado que la persona que sujeta al paciente para mantenerlo en la posición indicada.

Vigilar el funcionamiento del respirador, ECG, cánulas, sondas, drenajes, vías de perfusión, etc., cuidando de que todo quede igual que como estaba, ya que se ha movilizado al paciente.

Lavar y secar la espalda seguido de los glúteos.

Observar alteraciones cutáneas por presión. Aprovechar para aplicar cremas protectoras y hacer masaje ligero de las zonas.

B) Higiene de la persona con politraumatismos y fracturas

    Cuando el paciente presenta fracturas y se encuentra encamado con aparatos que hacen tracción por medio de pesas de los miembros inferiores, hay que realizar su higiene evitando que se pierda la alineación de las fracturas.

    Para ello, una persona debe traccionar los miembros inferiores con la misma fuerza que las pesas, mientras otra realiza la higiene de los genitales, glúteos y miembros inferiores.

    Además, hay que retirar la férula en la que se apoya el miembro traccionado para limpiarla, y cambiar el vendaje.

    En caso de pacientes tetrapléjicos, para realizar su higiene no se les debe girar hacia la posición de decúbito lateral, sino levantarlos en bloque para llevar a cabo la higiene posterior.

C) Higiene de la persona asistida por ventilación artificial

    Para realizar la higiene se debe vigilar durante la misma los sistemas y conexiones del respirador, así como los tubos y cánulas, de manera que en ningún momento se altere o interrumpa la ventilación.

    Si durante el proceso de su higiene, que se lleva a cabo siguiendo el protocolo para el paciente encamado, surge algún problema con signos de alarma, es prioritario atender la alteración de la respiración.

D) Higiene del paciente inconsciente

    Es muy importante extremar las medidas de higiene de:

Ojos y boca. Procurar mantener la humedad adecuada.

Orificios nasales.

Realizar la prevención de las úlceras por decúbito por medio de un lavado y secado correcto de la piel.

Vestido y desvestido del enfermo

Desnudarlo procurando que el paciente esté tapado con una toalla o con la sábana.

El camisón se retira por la cabeza. Se enrolla previamente, sacándole, si se puede, los dos brazos a la vez. Si no se puede, sacar primero un brazo y después el otro.

Para vestirle el camisón limpio se hace igual que para quitarlo pero a la inversa.

Pijama: la chaqueta se desabrocha y se saca primero un brazo y después el otro. El pantalón se va bajando y se retira.

En los pacientes con venoclisis o traumatismo en un miembro, debe ser el miembro afectado el último en desvestir y el primero en ser vestido.

Cambio de camisón del enfermo encamado con suero

Proceder a la abertura del camisón.

Sacar la manga del camisón del brazo libre del sistema de suero.

Quitar el bote del palo de suero y después sacar la manga del brazo que tiene el sistema, considerando el sistema de suero y el recipiente del mismo como partes del brazo. Es decir, pasar la manga por el brazo, sobre el sistema y hacia el bote de suero.

Tener la precaución de no bajar el bote de suero por debajo de la zona del brazo del paciente en la que está insertado el catéter, ya que si ocurre lo contrario refluirá sangre por el sistema de suero.

Colocar de nuevo el bote sobre el palo de suero.

Poner el camisón sucio sobre la silla o en el cesto de la ropa sucia.

Para poner el camisón limpio, comenzar por el brazo que tiene el sistema de suero. Para ello, desenganchar el frasco y hacer pasar el camisón por el bote de suero y por el sistema.

Enganchar de nuevo el frasco y deslizar la manga del camisón por el brazo. Luego, deslizar la otra manga por el brazo libre.