Administración de insulina
10 de October del 2016
Técnica
Para la administración de insulina a pacientes con diabetes es necesario seguir una serie de recomendaciones:
Utilizar siempre una aguja de insulina, y que la jeringa venga calibrada en las mismas unidades que la insulina.
Administrar la insulina con arreglo al tipo, potencia, especie, pureza y marca que vengan especificadas en la prescripción médica. Nunca otra diferente.
Mover o agitar suavemente el frasco en los casos en que la insulina no sea regular o globulina.
Comprobar que el aspecto de la suspensión de insulina de acción intermedia y larga es turbio, de no ser así no utilizarla. Recordar que la insulina siempre se debe conservar en la nevera.
Observar si existen, y en su caso eliminarlas, burbujas de aire después de cargar la jeringa con insulina (no utilizar aire para aclarar la aguja después de la inyección).
Cuando se utilicen mezclas de insulina no modificar la secuencia en que las dos insulinas se cargan en la misma jeringa; generalmente se inyecta aire en el interior de ambos viales (regular e intermedia); la insulina que primero se carga es la regular y luego la de acción prolongada.
Inyectar la insulina en un punto que no haya sido utilizado en la última administración.
Introducir la aguja en el tejido graso subcutáneo más cerca del músculo de la piel; si el tejido subcutáneo es escaso «pellizcar» la piel e introducir la aguja con un ángulo de 45 grados; cuando el tejido graso sea abundante se introduce la aguja con un ángulo de 90 grados.
Con el fin de asegurar una absorción óptima de la insulina, se debe de inyectar ésta en lugares diferentes siguiendo un orden rotatorio. En caso de inyectar insulina reiteradamente en el mismo lugar puede producirse una lipodistrofia, lo que redundará en una peor absorción del fármaco. Los lugares más frecuentes de inyección son las caras externas de los brazos, caras anteriores y laterales de los muslos, parte baja de la pared abdominal y zona de los omoplatos. En cada una de esas zonas se puede aplicar la insulina en múltiples puntos. Se empezará por el muslo izquierdo, inyectándose cada día a un centímetro de distancia del día anterior, y cuando esté utilizada toda la cara anterior de ese muslo, se pasará al lado derecho y después a los brazos y al abdomen como último lugar.
A la hora de coordinar la alimentación y las medicaciones hipoglucemiantes se deben seguir tres principios:
Los alimentos se deben ingerir después de la administración de insulina (o antidiabéticos orales) y antes de que comience su acción; por ejemplo, con la insulina regular, los alimentos se deben tomar en el transcurso de la hora siguiente ala inyección.
Las insulinas intermedias y de acción prolongada precisan una toma de alimentos en el momento que alcanzan su pico de acción; por ejemplo se deberá tomar algún alimento a las 3 de la tarde si a las 7 de la mañana se administró una insulina NPH.
Los tratamientos con insulinas intermedias y de acción prolongada requieren una toma de alimentos al acostarse con el fin de que la glucosa esté disponible durante toda la noche.