-
Tratado ECCPN
/ - Temario – Tratado /
-
Procedimientos Respiratorios
/ - Capitulo 95: Drenaje torácico
Capitulo 95: Drenaje torácico
21 de September del 2016
Autores:
-
Francisca Molina Pacheco
-
Correo: [email protected]
-
Titulación académica: Diplomada en Enfermería
-
Centro de Trabajo: UCI Pediátrica y Neonatal. Hospital de Sabadell. Corporación Sanitaria Parc Taulí. Sabadell, Barcelona. España
-
-
Luisa Rumí Belmonte
-
Correo: [email protected]
-
Titulación académica: Diplomada en Enfermería
-
Centro de Trabajo: UCI Pediátrica y Neonatal. Hospital de Sabadell. Corporación Sanitaria Parc Taulí. Sabadell, Barcelona. España
-
-
Carme Albert Mallafré
-
Correo: [email protected]
-
Titulación académica: Diplomada en Enfermería
-
Centro de Trabajo: UCI Pediátrica y Neonatal. Hospital de Sabadell. Corporación Sanitaria Parc Taulí. Sabadell, Barcelona. España
-
Resumen:
Las indicaciones más habituales para la colocación de un drenaje torácico son el neumotórax espontáneo o a tensión, hemotórax, derrame pleural i en post-operados de cirugía cardiaca; con el objetivo de drenar y liberar la cavidad pleural o mediastino de la presencia anómala de aire, sangre o líquido excesivo.
En la actualidad se dispone de avanzados y diversos sistemas cerrados de drenaje torácico desechables, que garantizan un manejo óptimo y seguro para el paciente. Conocer los principios técnicos básicos para su correcta utilización nos permitirá una actuación eficaz y eficiente durante la colocación del sistema de drenaje; así como, en la valoración, control, seguimiento y evolución del paciente una vez instaurado éste.
En este capítulo haremos referencia tanto a los aspectos técnicos del procedimiento como a los aspectos fisiológicos, que nos permitan comprender su funcionamiento y los cuidados que conlleva hasta el momento de su retirada definitiva una vez alcanzado el objetivo terapéutico inicial.
Drenaje torácico
1. INTRODUCCIÓN
La cavidad torácica es un espacio cerrado y hermético que se halla protegido y delimitado por la parrilla costal, el esternón, los músculos intercostales y el diafragma, revestidos interiormente todos ellos por la pleura parietal.
En el interior de esta cavidad se disponen ambos pulmones recubiertos cada uno de ellos externamente por la pleura visceral. Entre ambas pleuras existe un mínimo espacio o cavidad pleural ocupada por una pequeña cantidad de líquido seroso, de 5 a 15 cc., que actúa como lubricante y permite un suave deslizamiento de una sobre otra durante la respiración. En el espacio central entre ambos pulmones o mediastino, se hallan el corazón, el esófago, la tráquea, la aorta y otros vasos y estructuras importantes.
Una respiración fisiológica adecuada requiere de la elasticidad propia de los órganos implicados en ella y de cierta presión negativa en el espacio pleural o presión intrapleural, mantenida gracias a la estanqueidad de la cavidad torácica, que permite la expansión pulmonar.
Cualquier situación que altere la presión negativa normal dentro del espacio pleural debido a la acumulación de aire, líquido o colección sanguínea ya sea por enfermedad, lesión, cirugía o causa yatrogénica, interferirá en la correcta expansión pulmonar, impidiendo una respiración óptima lo que podría suponer un riesgo vital para el individuo. De igual manera deberá impedirse la acumulación de líquido o sangre en el mediastino.
En ambos casos estaría indicado la colocación de un tubo o catéter torácico conectado a un sistema cerrado de drenaje torácico. Sin embargo, cualquier acceso a la cavidad torácica debe realizarse en condiciones de seguridad máxima que permitan el drenaje adecuado de la misma sin que se permita la entrada de aire exterior lo que empeoraría el estado clínico del paciente y supondría un riesgo vital para el mismo.
Dicho objetivo es posible gracias al método de drenaje torácico bajo sello de agua “descrito por primera vez por Payfair en 1875 y utilizado de manera sistemática por el Dr. Bülau desde 1876 para el tratamiento de los empiemas. Se trataba de un sistema unidireccional que conseguía la expansión progresiva del pulmón, evitando muchas toracotomías y toracoplastias. En 1910 Robinson añadió succión a este sistema mediante el uso de bombas de vacío”. (Guijarro, 2002)
2. DEFINICIÓN
El drenaje torácico es una técnica que pretende drenar y liberar de manera continuada la cavidad pleural de la presencia anómala de aire o líquido excesivo restaurando así, la presión negativa necesaria para una adecuada expansión pulmonar; o bien, permitir el drenaje de la cavidad mediastínica que permita el correcto funcionamiento del corazón en los post-operados de cirugía torácica o cardiaca. Por tanto, las situaciones que con la técnica se pretenden evitar son: el colapso pulmonar o el taponamiento cardíaco.
Indicaciones
-
Neumotórax cerrado o entrada de aire en el espacio pleural desde el pulmón, que puede producirse de manera espontánea o por traumatismo torácico no penetrante, siempre que supongan un compromiso respiratorio para el paciente (si > al 15%).
-
Neumotórax abierto debido a la entrada de aire exterior al espacio pleural y/o hemotórax o colección de sangre en dicho espacio, habituales en politraumatizados.
-
Neumotórax iatrogénico que puede surgir como complicación de la ventilación mecánica, en cuyo caso siempre deberán ser evacuados; o por perforación no intencionada del pulmón durante procedimientos invasores como la inserción de catéteres centrales a subclavia o yugular.
-
Neumotórax a tensión, que requiere de una actuación inmediata pues supone una urgencia vital provocada por la acumulación excesiva de aire en el espacio pleural, con un aumento de la presión intratorácica hasta el punto de provocar el colapso pulmonar y el desplazamiento de las estructuras mediastínicas vitales hacia el lado contralateral.
-
Los derrames pleurales o acumulación de líquido que sean persistentes o conlleven compromiso respiratorio. El hidrotórax es un tipo específico de derrame iatrogénico que puede ocurrir por colocación incorrecta de una vía central o extravasación de la misma.
-
Los derrames paraneumónicos que constituyan empiemas o exudados tabicados que puedan requerir de tratamientos específicos a través del tubo torácico .
-
Post-operados de cirugía cardiaca para liberar el mediastino en su zona antero y retrocardíaca de la posibilidad de sangrado, previniendo el riesgo de taponamiento cardíaco.
-
En la mayoría de post-operados de neumectomías para poder evacuar el excedente de líquidos de la zona intervenida y recuperar de manera más fisiológica i progresiva el equilibrio de presiones entre ambos hemitórax.
3. OBJETIVOS
De la técnica:
-
Facilitar la remoción de líquido, sangre y/o aire del espacio pleural o el mediastino.
-
Evitar la entrada de aire atmosférico en el espacio pleural mediante el uso de una trampa de agua.
-
Restaurar la presión negativa del espacio pleural.
-
Promover la reexpansión del pulmón colapsado mejorando su ventilación y perfusión.
-
Aliviar la dificultad respiratoria asociada con el colapso pulmonar.
De enfermería:
-
Evaluar las constantes vitales y función respiratoria del paciente.
-
Comprobar y mantener el correcto funcionamiento del drenaje torácico.
-
Valorar y registrar la cantidad de líquido drenado y sus características.
-
Garantizar una manipulación aséptica y segura del tubo o catéter torácico así como, de la unidad de drenaje.
4. DESARROLLO DEL CAPÍTULO: Técnica del Drenaje Torácico
La técnica de drenaje torácico implica la conexión de un sistema cerrado con sello de agua a un tubo o catéter torácico previamente colocado en el espacio pleural o cavidad torácica.
Descripción de los tubos y catéteres torácicos (CT)
El tubo torácico es estéril y flexible de vinílo, silicona o látex no trombogénico multifenestrado en su extremo distal y con marcas radiopacas para facilitar su localización radiológica. Se podrá escoger entre diversos tamaños de longitud y grosor en función de la edad del paciente y finalidad terapeútica. Todos ellos disponen de un trocar metálico y rígido en su interior. Pueden ser colocados siguiendo el método trocar, no recomendado pues supone mayor riesgo de lesión, o el método de disección no penetrante que utiliza un fórceps para penetrar y facilitar su colocación en el espacio pleural a través de una incisión en la piel. Una vez ubicado deberá suturarse a la piel para impedir su desplazamiento.
Los catéteres pleurales están diseñados para ser introducidos en el espacio pleural por punción, a través del interior de la aguja (Pleurocath®) Fig.1; o bien, mediante técnica de Seldinger. Estos últimos pueden ser rectos o de tipo “pigtail” o muelle por la forma de fijación que adopta su extremo distal una vez colocado.
Para la evacuación de emergencia de un neumotórax a tensión suele utilizarse un angiocatéter o bránula corta conectada a llave de 3 pasos más jeringa o bien, a tubo de goma introducido unos 2 cms. en sello de agua (botella o frasco con suero fisiológico o agua estéril).
|
Fig.1 Tubos y catéter torácicos. |
El tamaño del tubo o catéter se escogerá en función de lo que se pretenda drenar y de la edad del paciente. Será posible la utilización de calibres menores para el drenaje de aire. Pero deberán utilizarse calibres más gruesos para el drenaje de líquido, sangre o pus. A priori, se recomendaría para:
-
Prematuros 8F
-
Recién nacidos 10F- 12F
-
Lactantes 12F-14F
-
Niños 14F- 16F
-
Adolescentes 16F- 20F
Para el drenaje de emergencia con bránula suele utilizarse calibres de 14G en niños y 16G para lactantes y neonatos. (Para mayor información ver capítulo de Toracocentesis)
Localización del tubo o catéter torácico
Dependerá del objetivo terapéutico a conseguir:
-
Para drenar neumotórax, su ubicación será próxima al vértice pulmonar a través del segundo espacio intercostal siguiendo el borde superior de la costilla inferior, sobre la línea media clavicular anterior, porque el aire acumulado en el espacio pleural tenderá a subir.
-
Por el contrario, el drenaje de los derrames pleurales requiere de implantación baja a través habitualmente del 4º-6º espacio intercostal y línea axilar media o posterior siguiendo también el borde superior de la costilla inferior para evitar la lesión de la vena, arteria o nervio intercostal situados en el borde inferior de la misma.
-
Situaciones mixtas de derrame pleural más neumotórax o hemoneumotórax pueden requerir la colocación de dos catéteres de drenaje torácico que podrán conectarse en Y a un único sistema cerrado de drenaje torácico (SCDT).
-
En los post-operados de cirugía torácica dicha colocación se realiza en quirófano al final de la intervención. Su ubicación mediastínica dependerá de las regiones, precardíacas, retrocardíacas o pulmonares que se pretendan drenar. En estos casos, suele ser habitual la colocación de 2 tubos de drenaje torácico conectados en Y a un único SCTD.
Descripción de los sistemas cerrados de drenaje torácico
Los sistemas de drenaje torácico tradicionales se basaban en la utilización de frascos de vidrio simples o interconectados en un sistema doble, triple y hasta cuádruple, que por gravedad y/o aspiración permitían el drenaje y la restauración de la presión negativa con la consecuente reexpansión pulmonar en condiciones de seguridad para el paciente.
La complejidad de montaje con múltiples conexiones entre los frascos de trampa de agua, colección del drenaje y control de aspiración, la dificultad de manejo y el riesgo de infección motivaron la investigación y el desarrollo comercial de unidades descartables de drenaje torácico que en la actualidad suponen una cómoda, segura y eficaz alternativa a dicho sistema tradicional y cuyas principales ventajas son:
-
su comercialización en packs individuales y estériles de un solo uso.
-
cada unidad lleva integradas las diferentes cámaras por lo que no hay necesidad de montaje previo.
-
disponibilidad de instrucciones del fabricante en cada una de las unidades que facilitan su utilización.
-
son ligeras, transportables y ocupan poco espacio.
-
disponen de válvulas de seguridad para el manejo de las presiones.
-
permiten la cuantificación y valoración del líquido drenado.
-
existe menos riesgo de rotura accidental.
-
es posible la obtención de muestras para laboratorio.
El desarrollo tecnológico y comercial de los principales laboratorios biomédicos ha hecho posible que en la actualidad se pueda escoger entre una gama amplia de diversos modelos de sistemas de drenaje torácico según el tipo de drenaje y control que deseemos efectuar; en dos versiones: unidades “húmedas” Fig. 2 y unidades “secas” Fig.3 tanto para adultos como para niños. Al margen quedarían modelos específicos como los utilizados para las neumectomías.
Fig.2 Drenaje torácico “húmedo” | Fig.3 Drenaje torácico “seco” |
Para comprender los principios físicos que rigen el funcionamiento de los sistemas de drenaje torácico nos centraremos en la descripción y explicación de las unidades descartables “húmedas” pues son las primeras que surgieron al mercado en sustitución del sistema tradicional y porque si se comprende cómo funcionan éstas se tiene capacidad para utilizar cualquiera de las otras que no son más que modificaciones para simplificar y facilitar la utilización de las mismas o bien para adaptarse a situaciones específicas.
Los sistemas cerrados de drenaje torácico (SCDT) constan de los siguientes componentes básicos:
1. Cámara de Trampa de Agua o Cámara bajo sello de agua. Deberá llenarse siempre con agua estéril hasta el nivel prescrito de -2 cm con lo que se crea un sistema de válvula unidireccional que permite el drenaje, pero no el retorno o la entrada de aire exterior en la cavidad torácica (ver fig.4). Se trata de una cámara de seguridad básica e indispensable. La manera de proceder será idéntica también para las unidades denominadas “secas” en las que esta cámara se acompaña de un manómetro con escala numérica que nos determina la presión negativa ejercida.(ver fig.7)
La mayoría de los sistemas descartables de drenaje torácico, comercializados en la actualidad, disponen de mecanismos de seguridad integrados a esta cámara de sello de agua para controlar por un lado el exceso de alta negatividad (válvula flotante de alta negatividad) y por otro, poder liberar si fuera necesario la presión positiva acumulada (válvula de protección contra la presión positiva).
2. Cámara de Control de Aspiración. En las unidades “húmedas” se llenará con agua estéril siempre que se desee añadir una presión negativa mediante aspiración. En este apartado es recomendable seguir las instrucciones del fabricante del modelo escogido o disponible pues puede variar de uno a otro. Generalmente deberá llenarse hasta el nivel de presión prescrito deseado, generalmente de –20 cm de agua; aunque suelen utilizarse niveles menores en niños o pacientes con tejido pulmonar frágil. Pero por ejemplo, en el modelo que nos ocupa esta cámara se llenará sólo hasta el nivel determinado por una línea roja.(ver fig.5 y 6)
En las unidades llamadas “secas” no será necesario realizar este paso pues vienen preparadas para aplicar presión negativa sin necesidad de agua.
3. Cámara graduada para la colección del drenaje que nos permite fácilmente observar las características del líquido drenado si lo hubiera, así como cuantificarlo hasta unos dos litros aproximadamente, según modelo. Presente en todas las unidades.
4. Tubo protegido de látex que deberá conectarse asépticamente al tubo torácico o catéter del paciente una vez colocado éste por el médico y que permitirá el drenaje de aire, líquido y/o sangre hacia la cámara recolectora de la unidad de drenaje, situada siempre a 30 cm., como mínimo, por debajo del nivel del tórax.
5. Válvula de liberación de negatividad elevada que permite reducir manualmente el nivel de la columna de agua o disminuir la presión negativa ejercida sobre la cavidad pleural cuando el sistema se halla conectado a succión. Nunca deberá utilizarse este dispositivo cuando el paciente se encuentre sometido a drenaje por gravedad porque podría reducirse hasta cero la presión interna de la unidad con el consiguiente riesgo de provocar un neumotórax a tensión en el paciente.(ver núm.5, figs. 2)
6. Dispositivo o tubo de làtex situado en la parte superior de la cámara de sello de agua (ver figs. 2 y 3) . Deberá dejarse abierto al aire y por tanto, sometido a la presión atmosférica si se desea un drenaje por gravedad. En cambio si se desea añadir una presión negativa de aspiración al sistema, deberá conectarse a la fuente de succión externa (ver fig. 7) después de llenar si es necesario, la cámara de control de aspiración. De este modo aplicaremos un drenaje bajo aspiración.
7. Regulador de presión negativa que permite modificar la presión negativa aplicada cuando la modalidad escogida es la del drenaje bajo aspiración.(ver núm.7, figs. 2 y 3)
Todas las unidades de drenaje disponen de colgadores metálicos laterales que permiten la sujeción de la misma a la cama del paciente, especialmente útiles durante los traslados, y de un soporte giratorio oculto en la base que aumentará la estabilidad del SCDT si se deja en el suelo, a los pies de la cama.
4.1. Equipo y Material
4.1.1. Equipo
-
1 médico para la colocación y fijación del tubo o catéter torácico.
-
1 enfermera para la valoración y preparación del paciente, preparación y conexión del SCDT, que ayude al médico durante el procedimiento y se ocupe de la evaluación y posterior control del drenaje.
-
1 auxiliar que colabore en la preparación del material, sujeción y soporte emocional al niño/a.
4.1.2. Material
-
Gorro y mascarilla facial.
-
Sedo-analgesia (midazolam + fentanest o propofol + fentanest) según protocolo o indicaciones médicas y/o anestésico local (lidocaína o bupivacaína).
-
Mesa de mayo.
-
Set de curas textil con tallas estériles con y sin agujero más toalla seca manos.
-
Bata y guantes estériles.
-
Gasas estériles, pinza de pintar y antiséptico.
-
Mango y hoja de bisturí.
-
Pinzas hemostáticas curvadas y protegidas con goma para pinzar el catéter.
-
Tubo o catéter torácico en función de la edad y del objetivo terapéutico.
-
Pinza Kocher curvada.
-
Sistema cerrado de drenaje torácico.
-
Agua bidestilada estéril y jeringa de irrigación de 50cc según modelo.
-
Porta-agujas e hilo de seda para sutura.
-
Cinta adhesiva para protección del apósito.
-
Cinta adhesiva o abrazaderas para el sellado de las conexiones.
4.2. Descripción de la Técnica
4.2.1. Preparación previa de la familia y el paciente
-
Explicar el procedimiento a los padres y lo que se espera de ellos durante el mismo.
-
Comprobar que se dispone del consentimiento informado firmado.
-
Registrar las constantes vitales basales del paciente y valoración del estado general.
-
Informar al paciente del procedimiento en función de la edad.
4.2.2. Preparación del Sistema Descartable de Drenaje Torácico
-
Lavado higiénico de manos.
-
Apertura de la unidad estéril y descartable de drenaje torácico.
-
Colocación de guantes estériles.
-
Retirar la protección de la cámara bajo trampa de agua y rellenar con agua estéril hasta el nivel de 2 cm. Fig. 4 y 7.
-
Retirar la protección de la cámara de control de aspiración y llenarla con agua estéril con la cantidad indicada según la presión negativa deseada; o según el modelo, hasta el nivel determinado por una línea roja Fig. 5 .
-
En los modelos denominados “secos” tan sólo deberá verificarse que el selector o mando de control de aspiración (ver núm.7, fig. 3), esté situado en la posición de presión negativa prescrita que se desee aplicar .
-
Dejar preparada la unidad en posición vertical por debajo del nivel del tórax colgada de la cama o bien, apoyada en el suelo habiendo girado previamente la plataforma de soporte Fig 9 y 10.
Fig.4 Carga cámara bajo sello de agua | Fig.5 Carga cámara de control de aspiración |
Fig.6 Cámaras cargadas a nivel. | Fig.7 Carga cámara bajo sello de agua, DT seco |
-
Mantener el tubo largo de conexión al paciente protegido y cercano al tórax hasta que el médico haya colocado el tubo o catéter torácico.
4.2.3. Asistencia al médico durante la colocación del catéter e instauración del drenaje
-
Lavado higiénico de manos.
-
Preparación aséptica de la mesa quirúrgica.
-
Administrar la sedo-analgesia necesaria y prescrita para facilitar la colaboración del paciente previa monitorización de las constantes vitales y saturación de oxígeno.
-
Ayudar al paciente a colocarse en la posición óptima:
-
en Semi-Fowler y decúbito dorsal si se ha de acceder al segundo espacio intercostal sobre línea media clavicular para drenar aire (neumotórax).
-
en Semi-Fowler y ligeramente lateralizado para acceder al 4º-6º espacio intercostal sobre línea media axilar si lo que se pretende es drenar líquidos (hidrotórax, hemotórax o empiema) ya que por efecto de la gravedad tenderán a acumularse en la base del pulmón.
-
-
Ofrecer soporte y distracción según el grado de sedación, al niño/a mientras dure el procedimiento.
-
Ayudar a cargar la anestesia local.
-
Una vez finalizada la inserción del tubo o catéter, retirar la protección del tubo largo de látex de la cámara de recolección del sistema de drenaje y conectarlo de forma aséptica al del paciente.
-
Si se requiere el drenaje por gravedad, dejar abierto al aire el tubo corto o dispositivo de la cámara bajo trampa de agua para que quede expuesto a la presión atmóferica. (ver núm.6,fig.2 y 3)
-
Evaluar las pérdidas de aire y las oscilaciones producidas con la respiración del paciente en la cámara bajo trampa de agua del sistema de drenaje en todos los casos.
-
Si el drenaje es bajo aspiración: después de haber hecho una primera valoración de la fuga de aire y oscilaciones, conectar el tubo corto o dispositivo de la cámara bajo trampa de agua a la fuente de aspiración externa Fig.7 y abrirla poco a poco hasta observar un burbujeo suave y constante en la cámara de control de aspiración llenada previamente hasta el nivel de presión negativa que se desea aplicar al espacio pleural.
Según el modelo de SCDT ”húmedo” utilizado puede variar la manera correcta de realizar este paso, por lo que siempre deberán seguirse las instrucciones del fabricante en este punto. En nuestro caso ( modelo Sentinel-Seal® de ARGYLE), al preparar la unidad habremos llenado esta cámara sólo hasta el nivel marcado en la misma, con una línea roja. Una vez conectado el SCDT al tubo o catéter del paciente, abriremos la fuente de succión externa a un mínimo de 160 mm Hg y observando el nivel del agua en la cámara, haremos girar el regulador de succión (ver núm.7,fig.2) en el sentido de las agujas del reloj hasta alcanzar en la columna de control de aspiración, la presión negativa prescrita que se desea aplicar. (ver fig.10 situado a -17 cm H2O).
En el caso de utilizar SCDT “secos” deberemos comprobar que el selector de succión se halla en la posición correspondiente con la presión negativa que se deba aplicar y abriremos la fuente de succión externa hasta que el fuelle de control alcance o supere la marca que nos asegura que la aspiración está siendo efectiva (observar la ventana situada por debajo del selector de succión de la figura 8. Al estar vacía nos demuestra que esta unidad aún no se ha conectado a la fuente externa de aspiración).
Fig.7 Conexión a fuente de aspiración | Fig.8 Mando de aspiración DT seco |
-
Asegurar todas las conexiones mediante cinta adhesiva colocada horizontalmente y reforzada con dos porciones de cinta en posición vertical, dejando siempre entre ambas una porción visible para valoración del drenaje; o bien, mediante abrazaderas.
-
Promover la inspiración profunda y una espiración lenta en la medida de lo posible.
-
Asistir al médico durante la fijación o sutura del catéter torácico a la piel.
-
Desinfección de la piel circundante al punto de inserción.
-
Aplicar un vendaje oclusivo con gasas estériles colocadas por debajo del tubo torácico y por encima protegiendo el punto de inserción.
-
Fijación del apósito a la piel con apósito adhesivo no poroso.
-
Fijación de seguridad del tubo del paciente del sistema de drenaje al costado.
-
Enrollar el tubo conector de látex para que no haga bucles y asegurarlo a la cama.
-
Acomodación del paciente y refuerzo positivo.
-
Marcar el nivel original del drenaje conseguido.
Fig.9 DT húmedo preparado sobre suelo | Fig.10 DT húmedo colgado y conectado |
-
Si es necesario se puede obtener muestra del mismo para laboratorio, aspirando con una jeringa a través del diafragma en la parte posterior de la unidad o bien, conectándola a una aguja de calibre 18G o 20G puncionando el tubo de látex, previamente desinfectado.
-
Desechar el material fungible y textil utilizado en los receptáculos apropiados.
-
Lavado higiénico de manos.
4.2.4. Evaluación de Resultados
-
Valoración del drenaje de aire (se escuchará el sonido) o líquido en el momento de la conexión.
-
Evaluar la presencia de enfisema subcutáneo en el lugar de inserción o alrededor.
-
Registro del tipo de tubo torácico, calibre, lugar de inserción y modo de drenaje.
-
Registro de las constantes vitales del paciente y valoración de la función respiratoria y estado general.
-
Registro periódico de la cantidad, características y velocidad del débito conseguido.
-
Procurar la realización de una radiografía portátil de tórax según protocolo o indicación médica.
-
Informar y permitir la visita de los padres.
-
Dar las instrucciones oportunas al paciente y padres en la UCIP según necesidad.
4.2.5. Verificación y evaluación del funcionamiento del SCDT
La valoración del correcto funcionamiento del sistema cerrado de drenaje torácico (SCDT) es fundamental para garantizar la seguridad del paciente y la consecución de los objetivos terapéuticos deseados. Cuando se trate de neumotórax y/o derrames pleurales, deberá llevarse a cabo verificando periódicamente la presencia o no de burbujeo y/o oscilaciones en la cámara con sello de agua y comprobando los niveles de agua de las cámaras en los SCDT “húmedos”. El control en los SCDT “secos” se realizará a partir de la observación de la cámara de sello de agua y del manómetro de presión que le acompaña. En los post-operados de cirugía cardíaca, será fundamental garantizar la permeabilidad del drenaje así como la observación del débito conseguido y sus características.
4.2.5.1.Drenaje por gravedad
En este supuesto el SCDT estará sometido a la presión atmosférica al mantenerse abierto al aire el dispositivo o tubo de látex, según el modelo, de la parte superior de la cámara de sello de agua. Para verificar su correcto funcionamiento deberemos observar y registrar la presencia o no de burbujeo y oscilaciones en dicha cámara y las en oscilaciones Hasta que no se produzca la reexpansión pulmonar será habitual observar:
-
Fluctuaciones del agua en la cámara de control de aspiración con las respiraciones del paciente, de 5 a 10 cm, subiendo con la inspiración y bajando con la espiración. Serán más visibles con inspiraciones espontáneas profundas y espiraciones lentas, y al toser. En caso de que el paciente este sometido a ventilación mecánica, se invertirá el sentido de dichas oscilaciones (bajarán con al inspirar y subirán al espirar) y serán más evidentes.
-
También se observará cierta oscilación del líquido drenado en su recorrido por el tubo de drenaje hasta la cámara recolectora.
-
La ausencia de fluctuaciones puede producirse por la reexpansión del pulmón o bien, por la oclusión del tubo de látex o curvaturas del mismo llenas de líquido o por obstrucción del tubo torácico en su extremo distal interno (coágulo o tejido).
-
El burbujeo en la cámara bajo sello de agua será evidente en el momento de la conexión, en caso de neumotórax. Después es normal que se produzca un leve y esporádico burbujeo con la respiración del paciente, más visible durante la espiración o con la tos, mientras vaya drenándose aire de la cavidad pleural y hasta que se produzca la reexpansión del pulmón afectado.
-
La presencia de un burbujeo continuo y moderado o intenso en esta cámara es un signo de fuga de aire en el sistema o bien, de fuga en el paciente a consecuencia de una fístula bronco-pleural. Para determinar la causa y actuar en consecuencia, se deberá:
-
revisar el circuito en busca de una posible desconexión, total o parcial, accidental. Reajustar y asegurar todas las conexiones.
-
Si el burbujeo continuo, moderado o intenso, persiste pinzar el catéter torácico cerca del tórax del paciente. Si el problema cede, la fuga se encuentra en el paciente. Despinzar de nuevo y notificar inmediatamente al médico.
-
Si el burbujeo continúa, pinzar con una segunda pinza hemostática e ir desplazando poco a poco las pinzas, una a una, a lo largo del trayecto del circuito en dirección al sistema recolector. Si el burbujeo cesa, indicará que la fuga se halla en el tramo comprendido entre las dos pinzas. Reemplazar el tubo o ajustar la conexión y liberar las pinzas.
-
Si aún así el burbujeo continúa, el problema se encuentra en el propio sistema por lo que deberá ser sustituido por otro nuevo.
-
4.2.5.2. Drenaje bajo aspiración
Cuando se debe evacuar gran cantidad de aire y/o líquido del espacio pleural o se desea una reexpansión pulmonar más rápida, suele añadirse una fuente de aspiración al sistema con el objetivo de aumentar la velocidad de drenaje y permitir una reexpansión pulmonar más rápida, manteniendo sobre la cavidad pleural una presión negativa pre-determinada estable.
Para aplicar esta modalidad de drenaje es necesario conectar el dispositivo o tubo de la cámara bajo trampa de agua a una fuente externa de aspiración, determinar la presión negativa que se desea aplicar en la unidad según el modelo utilizado y graduar el manómetro de aspiración hasta conseguir un burbujeo suave y constante en la cámara de control de aspiración para las unidades “húmedas” (UH) y la expansión del fuelle o “flotador” en las unidades denominadas “secas” (US). Ello nos indicará que la succión está siendo efectiva.
La presión negativa ejercida sobre la cavidad pleural vendrá pues determinada por el nivel de agua final en la cámara de control de aspiración (UH) o por la posición del selector (US).
Un aumento de la fuerza de succión externa sólo provocará respectivamente, un aumento del burbujeo en dicha cámara, más ruido y mayor evaporación del agua de la misma; o bien, una mayor expansión del fuelle indicador de succión pero NO modificará la presión negativa. Será pues conveniente ajustar la fuerza externa de succión al valor mínimo necesario para hacer efectiva la presión negativa aplicada mediante el SCDT.
Es posible que con la succión se produzca una mayor evaporación del agua y haya con el paso del tiempo, una modificación en los niveles del agua de las cámaras correspondientes. Es por ello que todas las unidades disponen de un diafragma en la cámara de sello de agua que permitirá añadir o sustraer agua estéril mediante jeringa convencional para mantener el nivel de agua adecuado. Esto será especialmente importante respecto al nivel de agua de la cámara de control pues es el que determina como ya hemos visto, la presión negativa ejercida sobre el espacio pleural. Es fundamental mantener los niveles de agua al nivel prescrito.
Con el sistema de drenaje bajo aspiración puede observarse igualmente la presencia o no de un leve burbujeo en la cámara de sello de agua en caso de neumotórax, mientras no se haya producido la reexpansión pulmonar. Sin embargo, puede ser más difícil la valoración de las fluctuaciones del agua con la respiración del paciente así como, comprobar los niveles de agua. Es por ello que para poder verificar el correcto funcionamiento de los SCDT “húmedos” puede ser necesario periódicamente desconectarlos momentáneamente de la fuente de succión externa para comprobar las oscilaciones y que los niveles de agua se mantienen a nivel de la línea de llenado.
Siempre que se produzca un aumento del nivel de agua por encima del prescrito en la cámara de sello de agua o en la de control de aspiración, supone un exceso de presión negativa en la unidad y deberá presionarse la válvula de liberación del sistema para hacerlo descender hasta el nivel deseado según el caso.
En los post-operados de cirugía cardiaca debido a la importancia de garantizar la permeabilidad del circuito, suele estar indicada la controvertida práctica del “ordeño”, siempre según protocolo establecido o bajo indicación médica. Esta práctica consiste en presionar el tubo de drenaje desde su parte más proximal al paciente a lo largo de todo su recorrido hasta el final del mismo. Puede realizarse manualmente o con un dispositivo con rodete específico para este fin. El objetivo de esta práctica es el de desalojar mecánicamente hacia fuera cualquier coágulo o resto de fibrina presente en el tubo. El motivo de controversia radica en el hecho de que con la compresión del tubo de drenaje, se provocan presiones negativas altas, aunque transitorias, sobre la cavidad pleural que pueden exceder los -100 cm de H2O cuando se actúa sobre 10 cm de tubo y que serán mayores cuanta mayor sea la porción del tubo comprimidaza. (Ericsson,1990)
4.2.7. Retirada del sistema de drenaje y catéter torácico
Se procederá a la retirada del catéter torácico conectado a un sistema cerrado de drenaje bajo indicación médica y una vez que se haya producido la reexpansión pulmonar o el drenaje haya disminuido a menos de 20-50 ml./día. La ausencia de fluctuaciones en la cámara bajo sello de agua durante al menos 24 horas, siendo correcto el funcionamiento del sistema, nos indicará la posibilidad de reexpansión pulmonar que deberá ser verificada mediante la auscultación y percusión del tórax y confirmada mediante radiografía.
Antes de retirar el sistema de drenaje y el catéter, el médico suele indicar pinzar dicho catéter torácico de 12 a 24 horas para valorar el grado de tolerancia del paciente, constantes vitales y función respiratoria. Si no surge ningún inconveniente se procederá como sigue:
4.2.7.1. Material
-
Gorro y Mascarilla facial.
-
Mesa de mayo.
-
Instrumental de sutura: pinzas de disección, tijeras de sacar? puntos, pinza de pintar, tijeras y porta-agujas (opcional).
-
Hilo de sutura o puntos adhesivos.
-
Gasas estériles.
-
Guantes estériles.
-
Vaselina.
-
Cinta elástica adhesiva o esparadrapo ancho de 10cms.
4.2.7.2. Procedimiento
-
Informar a los padres y al paciente en función de la edad y según necesidad.
-
Lavado higiénico de manos.
-
Administración de la analgesia prescrita.
-
Preparación aséptica de la mesa de mayo.
-
Valore el estado general del paciente y registre las constantes vitales.
-
Ayude al paciente a colocarse en posición cómoda, semi-incoorporada o en decúbito contra-lateral.
-
Ofrezca apoyo psico-emocional y distracción al niño durante el procedimiento.
-
Retirar el vendaje oclusivo previo dejando a la vista el lugar de inserción y desinfectar.
-
En caso de drenaje torácico en Y para evitar la entrada de aire exterior en la cavidad torácica, pince con dos pinzas hemostáticas cruzadas y protegidas el segundo tubo torácico antes de proceder a la retirada del primero.
-
Favorezca la colaboración del paciente, procurando que retenga el aire tras una inspiración o espiración máxima.
-
Con guantes estériles prepare el apósito con gasas estériles lubricadas.
-
Aplique el apósito sobre el lugar de inserción una vez retirado el catéter por el médico y suturado o cerrado el orificio de entrada por el mismo.
-
Efectúe una fijación oclusiva con la venda adhesiva o el esparadrapo mediante la aplicación de cintas transversas sobre el mismo.
-
Re-acomode al paciente y recicle el material utilizado.
-
Lavado higiénico de manos.
4.2.7.3. Valoración de Resultados
-
Registre de nuevo los signos vitales y función respiratoria del paciente y compárela con la previa.
-
Anote día y hora del procedimiento, quién lo realizó, valoración y aspecto de la herida, incidencias si las hubiese y grado de tolerancia por parte del paciente.
-
Registre la cantidad total y características del líquido drenado en el SCDT.
-
Manténgase atenta a la posible aparición de signos de alerta como disnea, dolor torácico, respiración dificultosa, enfisema subcutáneo, desaturación,….durante las próximas horas.
-
Curse radiografía de control posterior, habitualmente a las 24 h. sino hay indicación previa.
4.3. Pensamiento Crítico
Nuestra actuación profesional en la atención a pacientes que requieren de la aplicación de un SCDT es un buen ejemplo para comprender la necesidad de aplicar el pensamiento crítico y cómo nos permite actuar de manera más eficaz y eficiente.
Los SCDT actuales responden a los mismos principios físicos de los sistemas tradicionales utilizados desde finales del s.XIX pero con las particularidades propias del desarrollo tecnológico de las últimas décadas. Ello demuestra como el conocimiento de enfermería debe actualizarse y adaptarse a las nuevas necesidades y aplicaciones que el paso del tiempo provoca en la atención sanitaria, especialmente en el ámbito hospitalario. El autoaprendizaje y la formación continuada resultan imprescindibles en el desarrollo profesional y el desempeño de nuestras funciones.
Además, deberemos ser conscientes que ante la aplicación de cualquier técnica nuestra atención no debe limitarse a los pasos concretos del procedimiento sino al objetivo asistencial final, centrado en la resolución o mejora del estado de salud del paciente. En el caso que nos ocupa es fundamental en este sentido la valoración global del paciente y particularmente de su función respiratoria. Nuestra capacidad intencionada de valorar signos y síntomas objetivos nos permitirá detectar precozmente situaciones de riesgo o la aparición de problemas y tomar decisiones correctas que determinen acciones consecuentes y eficaces para garantizar la eficacia del sistema de drenaje y con ello la buena evolución del paciente. Nuestro buen juicio clínico nos permitirá en suma reducir el riesgo de resultados indeseables y aumentar con ello la probabilidad de obtener resultados beneficiosos.
También supone un reto a nuestras habilidades de ejecución y comunicativas para favorecer la comodidad del paciente, promover su colaboración y conseguir una recuperación más rápida con un grado de satisfacción óptimo. Además la aportación de juicios fundamentados mejorará nuestra contribución en la toma de decisiones interdependientes del equipo asistencial.
4.4. COMPLICACIONES
4.4.1. Durante la inserción del catéter o tubo torácico
-
Neumotórax, por la punción accidental del pulmón. Ocurre en un 11-30% de los casos. Su incidencia disminuye en gran medida si lo efectúa un médico experto, el paciente está sedado o es colaborador y si se realiza bajo control ecográfico o bajo escopia.
-
Hemotórax, por la laceración de los vasos intercostales.
-
Lesión del nervio intercostal, con dolor local persistente.
-
Laceración de órganos abdominales (hígado, estómago o bazo) o torácicos ( aorta torácica, arteria o vena pulmonar o diafragma). Poco frecuente y más factible cuando se necesita la inserción baja del tubo torácico y en niños de más corta edad.
-
Reacción vaso-vagal, por sedo-analgesia insuficiente.
-
Enfisema subcutáneo, si parte de los orificios del catéter de drenaje quedan fuera del espacio pleural o si la piel no queda bien precintada alrededor del punto de inserción.
4.4.2. Una vez instaurado el sistema cerrado o unidad descartable de drenaje torácico
-
Edema pulmonar e hipotensión grave cuando se produce una reexpansión excesivamente rápida del pulmón colapsado o la extracción de grandes volúmenes de derrame pleural, líquido o sangre en un corto período de tiempo.
-
Neumotórax a tensión por la entrada masiva de aire exterior a la cavidad torácica en caso de desconexión accidental o ruptura de la unidad; o por una fuga de aire interna excesiva que no es liberada debido a un funcionamiento incorrecto u oclusión del sistema.
-
Atelectasias o Neumonía secundarias a la inmovilidad del paciente y/o respiraciones superficiales con escasa expasión torácica y acumulo consecuente de secreciones debido al temor al dolor o a una analgesia insuficiente.
-
Infección alrededor del punto de inserción por falta de asepsia o permanencia excesiva del drenaje ( superior a los 7 días).
4.5. Observaciones
-
Es importante recorda