Mareo Y Vertigo


Mareo Y Vertigo

El vértigo y el mareo son motivos de consulta muy frecuentes en los servicios de urgencias y aunque en general la sintomatología es pasajera, es importante diferenciar entre vértigo periférico y vértigo central, ya que ocasionalmente pueden relacionarse con alteraciones neurológicas causantes de muerte o invalidez grave (infarto del tallo cerebral o cerebeloso), o laberintitis supurante (otorrea), colesteatoma o perforación de la membrana timpánica detectada en la exploración otoscópica.

El término mareo es inespecífico y se emplea con significados muy diferentes.

Vértigo: Es una sensación de inestabilidad y de rotación del cuerpo o de los objetos presentes.

Mareo: Es referido por el paciente como debilidad o sensación de «desmayo» al levantarse o al andar. Vahído: Sensación de debilidad e inminente pérdida de la conciencia que suele preceder al síncope.

El equilibrio postural es conservado por los impulsos procedentes de la retina, el laberinto y los receptores propioceptivos de las articulaciones y músculos que además informan de la posición del cuerpo en relación al entorno.

 

ETIOLOGIA

El vértigo es un síntoma frecuente e incapacitante que se detecta en muchas alteraciones de los diversos sistemas: Aparato vestibular: 

Cinetosis, laberintitis, enfermedad de Meniere, otitis media, aguda o crónica, vértigo potencial paróxistico benigno, neuronitis vestibular. Cardiovasculares: arterioesclerosis con compromiso del tronco basilar o las arterias vestibulares periféricas.

Neurológicas: tumor cerebral o cerebeloso, esclerosis múltiple, lesiones del ángulo ponto-cerebeloso, hipertensión endocraneana.

Oculares: defecto de refracción, desequilibrio muscular, glaucoma.

Metabólicas: hipoglicemia, hipotiroidismo, intoxicaciones. Cervical: artrosis de la columna cervical. Psicológicas: el estrés es la causa más frecuente.

 

DIAGNOSTICO

Un detallado interrogatorio es fundamental. Alrededor del 80% de los pacientes con vértigo tienen alteraciones de la función del laberinto.

Un alto porcentaje de pacientes jóvenes con bruscos e intensos ataques de vértigo, náuseas y vómito, tienen una neuronitis vestibular.

Pacientes con infecciones de las vías respiratorias altas con vértigos de corta duración (menos de un minuto), sin náuseas o vómito, aquejan de un vértigo postural benigno.

Pacientes añosos con enfermedad arterioesclerótica e insuficiencia arterial vertebrobasilar refieren vértigo de corta duración relacionado con los cambios bruscos de posición de la cabeza.

Las personas de edad intermedia que informan zumbido de oídos, pérdida unilateral de la audición y vértigo, tienen alguna probabilidad de padecer la enfermedad de Meniere. La valoración se hace con la ayuda de las pruebas de provocación para desencadenar la sintomatología: Maniobra de Valsalva Estimulación del seno carotídeo

Hiperventilación

Cambios posturales Prueba de Nylen-Barany.

Se mueve la cabeza de derecha a izquierda con una pausa de varios minutos, para determinar la aparición de nistagmo.

Exámenes a solicitar: Audiometría Escanografía computadorizada (TAC) con medio de contraste si hay sospecha de neurinoma del acústico

Radiografía de columna cervical

Cuadro hemático, glicemia, colesterol, trigliceridos.

 

TRATAMIENTO

Medidas generales: reposo, dieta hiposódica y restricción en la ingesta de líquidos. Agentes antivertiginosos: dimenhidrinato 50 mg VO, 2 ó 3 veces al día. Vasodilatador periférico: ácido nicotínico 50 mg VO, tres veces al día. Anticálcicos: flunarizina 10 mg en la noche.

 

RECOMENDACION FINAL

Si el vértigo perdura el paciente debe remitirse al especialista (neurólogo/otorrinolaringólogo).