Nutricion Parenteral

Nutrición parenteral

10 de October del 2016

Concepto

    La nutrición parenteral es una técnica de administración de fórmulas dietéticas por vía intravenosa con el fin de mantener la síntesis de proteínas.

    Se suele emplear en los casos en los que existan graves problemas gastrointestinales, quemados, efectos secundarios de la radioterapia, etc.

    Esta técnica no es exclusiva de hospitales, sino que, a nivel domiciliario, se está utilizando con bastantes buenos resultados. El paciente aprende a llevar una vida relativamente normal, administrándose la perfusión de alimentación durante la noche, y durante el día realiza sus tareas diarias (colegio, trabajo, etc.).

    Entre las complicaciones de la nutrición parenteral destacan:

Flebitis.

Neumotórax.

Infección de la entrada del catéter.

Exceso de nitrógeno, hiperglucemia, etc., debido en muchas ocasiones a una mala preparación o un mal empleo de las fórmulas de nutrición.

Embolia gaseosa, etc.

    Llevando un buen control del catéter y de la alimentación las complicaciones son raras.

Indicaciones

    Está indicada la nutrición parenteral total en los siguientes casos:

Paciente que vomita durante largo periodo de tiempo.

Paciente con diarreas crónicas severas.

Paciente con intolerancia a la alimentación por sonda.

    Es necesario señalar que algunos pacientes, en el curso de su enfermedad, pueden precisar en algún momento del brote de la alimentación parenteral total, tal como ocurre en:

Carcinoma gástrico.

Carcinoma esofágico.

Obstrucción intestinal.

Colitis ulcerosa.

Enfermedad de Crohn.

Pancreatitis.

Peritonitis.

Quemaduras.

Anorexia nerviosa. Etc.

    La técnica se utiliza sobre todo para suministrar nutrientes a aquellos pacientes que no pueden ser alimentados por vía digestiva y presentan patología relacionada con la:

Cirugía digestiva.

Grandes quemados.

Estado de coma.

Preparación

    Las soluciones adecuadas para la nutrición parenteral necesitan de una manipulación y conservación de máxima asepsia, por lo que su preparación siempre debe hacerse bajo flujo laminar.

Según el tipo de paciente, el médico prescribirá la composición de la solución de nutrición que éste necesita y, una vez preparada, deberá conservarse en el frigorífico hasta que se vaya a utilizar.

    Es muy importante que estas soluciones se calienten hasta alcanzar la temperatura ambiental poco antes de administrarlas al paciente, y como norma, para prevenir que no se contagien, se deben administrar en un tiempo máximo de dos días. Si no fuera así ya no se utilizarán.

Tipos de soluciones

    Las fórmulas básicas de nutrición parenteral podríamos agruparlas en cuatro grandes grupos:

1. Fórmula estándar

Proporciona:

8 g de N.

850 calorías de hidratos de carbono.

Dextrosa: 50%-500 ml.

Aminoácidos: 10%-500 ml.

1.050 calorías totales.

2. Fórmula baja en hidratos de carbono

Proporciona:

8 gr de N.

510 calorías de hidratos de carbono.

Dextrosa: 30%-500 mi.

Aminoácidos: 10%-500 mi.

750 calorías totales.

3. Fórmula para la Insuficiencia Hepática

Proporciona:

6 gr de N.

850 calorías de hidratos de carbono.

Dextrosa: 50%-500 ml.

Aminoácidos: 8%-500 ml.

1.010 calorías totales.

4. Fórmula periférica

Proporciona:

6 gr de N.

170 calorías de hidratos de carbono.

Dextrosa: 10%-500 ml.

Aminoácidos: 7%-500 ml.

310 calorías totales.

Instrumental necesario en nutrición parenteral

    Para preparar la solución se precisan, además de las soluciones de nutrientes, los siguientes materiales:

Bolsa de plástico estéril con capacidad de 5 l.

Sistema de trasvase de soluciones de los frascos a la bolsa.

Equipo para infusión intravenosa.

Solución alcohólica yodada al 2%.

Bata estéril.

Guantes estériles.

Mascarilla estéril.

Gasas estériles.

Jeringas y agujas estériles.

Técnica de nutrición parenteral

    Las condiciones para la preparación de la mezcla deben ser de máxima asepsia. Hay que lavarse las manos con agua y antiséptico, secarse y ponerse bata, mascarilla y guantes.

    En la medida de lo posible las mezclas deberían realizarse bajo campana de flujo laminar. En todos los casos, la mesa de trabajo debe cubrirse con un paño estéril sobre el que se coloca el material estéril que se va a necesitar en la preparación (bolsa de plástico, sistema de trasvase de soluciones, jeringas y agujas, etc.).

    Al desprecintar los frascos hay que limpiar los tapones de goma con gasa estéril, impregnada en solución alcohólica yodada al 2%.

    Una vez introducida toda la mezcla en la bolsa hay que colocarla en posición vertical y con una aguja y jeringa extraer la burbuja de aire que queda en la parte superior.

    Luego se le conecta el equipo de infusión. La alimentación parenteral se hace con bomba de infusión continua. Esto permite mantener un flujo constante durante todo el tiempo que dura la administración (las 24 horas).

    Hay que proteger el contenido de la bolsa de la exposición a la luz.

    Hay que cubrir la etiqueta de la bolsa con los datos de identificación del paciente y la composición de su contenido.

    La mezcla preparada debe utilizarse en las 24 horas siguientes a su preparación. Si se sobrepasa ese tiempo debe ser desechada.

    Una vez iniciada la administración parenteral hay que realizar controles periódicos de la misma, según la pauta que esté establecida en el servicio.

    La administración de medicamentos no debe realizarse usando el catéter de administración de nutrientes.

El cuidado de las vías

    El cuidado de las vías de nutrición parenteral es imprescindible para evitar la aparición de infecciones, controlar las posibles obstrucciones e intentar que la vía permanezca instaurada el mayor tiempo posible.

    Los recursos materiales necesarios para el mantenimiento y cuidado de estas vías son:

Soluciones antisépticas (povidona yodada).

Guantes desechables y estériles.

Gasas estériles.

Esparadrapo.

Batea.

Procedimiento

Vigilar 2 veces al día la temperatura y pulso del paciente sometido a nutrición parenteral.

Observar la posible aparición de flebitis, zonas enrojecidas o una posible extravasación; si aparecieran algunas de estas complicaciones se cambia la vía.

Observar el punto de punción: color, dolor o rubor.

Si existe fiebre y no se conoce su causa se destapará el vendaje y se inspeccionará detenidamente.

Para realizar el cambio del apósito nos colocaremos unos guantes estériles. Después de retirar el apósito sucio, procederemos a desinfectar la zona con gasas estériles y povidona yodada, teniendo precaución de que no se salga la vía.

Posteriormente colocaremos un apósito limpio y lo sujetaremos a la piel mediante esparadrapo.

Registrar el procedimiento en el libro de Enfermería.