Infección por herpes zoster
El herpes zoster o herpes zona, es la infección causada por el virus de la varicela-zoster (V-Z), Afecta a los individuos previamente infectados por el virus de la varicela y ocasionalmente como infección primaria a adultos inmunocomprometidos. El zoster es la forma recurrente de la infección.
ETIOLOGÍA
El agente causante es el virus varicela-zoster que forma parte de la familia de virus DNA. Sólo existe un serotipo. Contiene varias enzimas de las cuales la Timidincinasa es crítica para su replicación.
La afección es más frecuente en pacientes mayores de 50 años (50%), aunque también se asocia a estados de inmuno deficiencia en pacientes jóvenes. El virus que permanece en estado latente en los ganglios sensitivos paravertebrales, puede reactivarse por múltiples causas como procesos febriles, diabetes, inmunosupresión o enfermedad linforreticular (linfoma de Hodgkin).
DIAGNÓSTICO
CUADRO CLÍNICO
La mayoría de las veces existe un período prodrómico con presencia de ardor, prurito o sensación de punzadas, seguido de dolor e hiperestesia del dermatoma afectado y al cual se circunscribe. Los síntomas generales (fiebre, cefalalgia, debilidad) son menos frecuentes. Con alta frecuencia la lesión ocurre en un espacio intercostal donde se observan placas edematosas sobre las cuales aparecen vesículas pequeñas que al romperse dejan escapar un líquido claro. Luego se forman costras y se evoluciona hacia la recuperación total en el término de 15 a 18 días.
La afección del nervio trigémino, ramas oftálmica y nasociliar, da lugar a conjuntivitis, queratitis, iridociclitis y parálisis de los músculos extraoculares.
La neuralgia posherpética, es decir, la persistencia de dolor una vez curadas las lesiones, es una complicación que aparece más frecuentemente en ancianos o inmunodeprimidos. El dolor puede existir durante meses, siendo a menudo grave y resistente a la medicación habitual.
LABORATORIO
La confirmación del diagnóstico se realiza a través del citodiagnóstico, el cultivo del virus y la identificación del antígeno por inmunoelectrofóresis e inmunofluorescencia.
El citodiagnóstico se hace con la prueba de Tzanck, un proceso moderadamente sensible, no específico y positivo en el 64% de los casos. El cultivo sólo es positivo en el 30% de los casos. Las pruebas serológicas (fijación de complemento y ELISA, son pruebas complejas y costosas que son positivas en el 80% de las veces.
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
El dolor del estado prodrómico se debe diferenciar de los dolores de otros orígenes (pulmonar, cardíaco, renal y vertebral). Las lesiones vesiculares pueden ser confundidas con las del Herpes simple. También debe establecerse diagnóstico diferencial con Varicela en las formas diseminadas de herpes zoster.
TRATAMIENTO
Los objetivos principales en el tratamiento del zoster son: aliviar el dolor, prevenir la neuralgia posherpética, prevenir las infecciones bacterianas secundarias y evitar o disminuir las complicaciones oculares.
Para el dolor se utilizan diversos analgésicos como acetaminofén (500 mg cada 6 horas), ácido acetilsalicílico (500 mg cada 6 horas), antiinflamatorios no esteroideos (diclofenaco 50 mg 2-3 veces/día). En ocasiones son necesarios los derivados opiáceos (fosfato de codeina).
Así mismo, para secar las lesiones y disminuir el dolor se recomiendan las compresas frías con solución de Burow (acetato de aluminio). El aciclovir oral puede aliviar el dolor, especialmente si se utiliza desde el inicio durante la primera semana de los síntomas. La dosis usual es de 400 a 800 mg cinco veces al día, durante 7 a 14 días.
La neuralgia posherpética pocas veces se observa en pacientes menores de 40 años, pero se presenta en más del 50% en personas que sobrepasen los 60 años. La posibilidad de que la neuralgia sea causada por inflamación y necrosis de los ganglios y nervios afectados, ha dado base al uso de corticosteroides en un intento de prevenir esta complicación. Mejor efecto se obtiene si se aplican dentro de un período de 1 a 5 días del inicio delas lesiones. Se recomienda la prednisolona VO en dosis iniciales de 40 a 60 mg en cursos cortos de cinco días con suspensión brusca o alargar el esquema dos a tres semanas con disminución gradual de las dosis. Los pacientes con enfermedades subyacentes que causen inmunosupresión (neoplasias malignas), no deben recibir corticosteroides.
En caso de infecciones bacterianas sobreagregadas están indicados los antibióticos sistémicos: dicloxacilina, o cefadroxilo. Los pacientes que presentan lesiones en la nariz sugieren la afección de la rama nasociliar de la división oftálmica del nervio trigémino; y por lo tanto, deberán ser examinados por el oftalmólogo estando contraindicado la administración de corticosteroides.
No está indicada la hospitalización, a menos que se presente diseminación en un paciente con alteraciones inmunológicas.
LECTURAS RECOMENDADAS
Arnolt KA. Herpes zoster and varicella. En: Manual of Dermatologic Therapeutics. Edited by KA Arnolt. Little Brown and Co. Boston, 1989
Eaglstein WH, Katz R. Early corticosteroid therapy for herpes zoster.
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Gaitán M. Herpes zoster y cáncer; relaciones entre estas enfermedades.
Acta Med Colomb 6:287, 1981
Guzmán M. Herpes simple, varicela zoster. En: Medicina Interna. Segunda edición. Editado por
F Chalem, JE Escandón, J Campos, R Esguerra. Fundación Instituto de Reumatología e Inmunología. Editorial Presencia Ltda. Santafé de Bogotá, 1992
Jaramillo AC. Infecciones virales de la piel y sus anexos. En: Fundamentos de Medicina. Cuarta edición. Enfermedades infecciosas. Medellín Corporación para Investigaciones Biológicas. CIB 1989
Peterslund NA et al. Acyclovir in herpes zoster.
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