Prurito intenso
Las alteraciones de la piel inducen con frecuencia a los pacientes a solicitar tratamiento en el servicio de urgencias a causa del prurito acompañante o del aspecto antiestético de las lesiones cutáneas.
El prurito o sensación particular que incita a rascarse, se clasifica en dos grupos: uno relacionado con lesiones dérmicas y otro no relacionado en lesiones dérmicas (Tabla No.1).
Tabla No.1
CLASIFICACIÓN DEL PRURITO
A. Prurito con lesiones dérmicas
o Dermatitis de contacto
o Urticaria
o Picaduras de insectos
o Reacciones alérgicas a fármacos
o Anafilaxis
B. Prurito sin lesiones dérmicas
o Resequedad de piel
o Factores psicógenos
o Enfermedades hepáticas y biliares
o Endocrinopatías (hipertiroidismo, síndrome carcinoide)
o Neoplasias malignas
o Uremia
El prurito es el síntoma principal de la dermatitis atópica, pudiendo ser localizado o generalizado; es especialmente intenso en la superficie de los pliegues. Tiene un ritmo diurno durante el cual el prurito es mínimo a mediodía y máximo por la noche. La tensión emocional suele provocar y agravar el prurito y el rascado.
En la dermatitis de contacto dentro de los agentes causales más frecuentes están los irritantes como los caústicos, los detergentes y los disolventes industriales. El prurito, a veces muy intenso, acompaña las lesiones fundamentales de la lesión dérmica: pápulas, vesículas o ampollas con un sustrato eritematoso.
Los fármacos pueden causar cualquier tipo de dermatosis; por ello un rash con prurito que aparezca en alguien que tome algún medicamento plantea la posibilidad de que esté implicado el fármaco. Las manifestaciones cutáneas pueden acompañarse de hipotensión, broncoespasmo y edema laríngeo.
La urticaria (ver guía correspondiente) es una de las lesiones cutáneas que se ven con más frecuencia en el servicio de urgencias; aparece en forma de habones elevados, circunscritos y muy pruriginosos. Entre los diversos mediadores endógenos que desempeñan un papel en la urticaria se incluyen la histamina, la bradiquinina y la acetilcolina.
En las ictericias obstructivas crónicas el prurito constituye un síntoma muy molesto
DIAGNÓSTICO
El diagnóstico se hace con base a los antecedentes establecidos en el interrogatorio:
• Momento preciso de la aparición del prurito
• Uso de medicamentos
• Aplicación de preparaciones tópicas (cremas, ungüentos, lociones, perfumes)
• Contacto con disolventes o detergentes
• Existencia de enfermedades hepáticas o renales
En el examen físico la exploración de la piel de todo el cuerpo es obligatoria. Se examina también la ropa y el cabello en busca de Pedículus capitis (piojos).
Las lesiones interdigitales, púbicas, axilares o en el pezón sugieren la presencia de escabiosis; las erupciones morbiliformes (tipo sarampión) generalizadas con frecuencia son secundarias a la reacción a fármacos; las lesiones exudativas, en ocasiones en forma de vesículas, correponden usualmente a dermatitis de contacto irritantes o alérgicas.
TRATAMIENTO
Aunque el prurito parece un síntoma sin importancia, cuando es generalizado es incapacitante y el tratamiento se inicia en el servicio de urgencias.
La base de éste son los antihistamínicos sistémicos y las medidas antipruriginosas tópicas. Entre los primeros puede prescribirse cualquiera de los siguientes:
a. Difenhidramina, 50 mg vía oral, 3 veces al día
b. Astemizol, 10 mg vía oral una vez al día antes del desayuno
c. Loratadina, 10 mg vía oral una vez al día
d. Terfenadina, 60 mg vía oral, 2 veces al día
Las medidas antipruriginosas tópicas comprenden los emolientes como el pantenol, muy útiles para la piel seca y los agentes secantes (loción de calamina) que alivian el prurito causado por las picaduras de insectos y quemaduras leves de sol.
Si se trata de una dermatitis de contacto las cremas y pomadas con corticosteroides tópicos o un aerosol con corticosteroides pueden ayudar a disminuir la inflamación y el prurito. En los casos muy severos se recomienda la prednisona oral, administrada en una dosis inicial de 60 mg/día y que se reduce hasta suspenderse en un período de dos semanas.
Es aconsejable, si el prurito se presenta con lesiones dérmicas, remitir el paciente a un dermatólogo.
LECTURAS RECOMENDADAS
Davis SA. Urgencias dermatológicas. En: Diagnóstico y Tratamiento de Urgencias. MT Ho y CE Saunders editores.
El Manual Moderno. México D F, 1991
Farber E, Abel E. Dermatitis atópica. En: Medicina Scientific American Volumen 4.
Legis Editores SA, Bogotá, 1988